El presidente LULA del Brasil, en la reciente reunión de la CELAC en Buenos Aires (Argentina), dice: “que debemos proteger más la Democracia en América Latina”. Obviamente que para los desavisados que no siguen la vida política do Lula, esto no tiene nada de extraño en la boca de un demócrata. Pero, tratándose de Lula, aparece como una hipocresía de enorme tamaño vergonzoso, para no decir que es una incoherencia completa de este político “híbrido”, mitad demócrata y mitad bolchevique). Por un lado, dice cosas en defensa de la Democracia y, por otro, presta solidaridad a la dictadura comunista de Cuba, sin decir que apoya en forma contundente al marxista de Maduro en Venezuela y a todo régimen comunista del planeta. Es decir, presta solidaridad a las dictaduras y discursa en favor de las Democracias. O sea, con una mano asegura una vela a Dios y con la otra prende una vela al Diablo. Con políticos como este, la lucha en favor de la Democracia en América Latina hará poco progreso. El SOCIALISMO DEMOCRÁTICO es una corriente de pensamiento filosófico absolutamente democrática, por eso opina que Cuba debe ser expulsada (y también Venezuela, tal vez) de la CELAC por ser una dictadura; ya que solamente los ingenuos piensan que con “diálogo” se conseguirá que Cuba o Venezuela vuelvan a la Democracia plena. Dejar a los demócratas de esos países lucharen aisladamente contra la tiranía es cobardía o falta de solidaridad internacional. La DEMOCRACIA es internacionalista. No tiene fronteras.