Para el Profesor Villalobos de Chile, Premio Nacional de Historia en 1999, reconocer privilegios a los indios mapuches de Chile, es un absurdo, pues si todos somos iguales, ciudadanos del mismo país, no hay por qué criar privilegios para algún grupo específico. Un ejemplo perverso de esta posición es el caso del Brasil, en el cual los marxistas del PT le dieran una cuota segura en todas las Universidades para los negros, los mulatos y los indios. ¿Los blancos pobres? Los marxistas ni bola les dieron. No existen. Dar cuotas es como dar pescado en lugar de dar conocimiento de cómo pescar. Enseñar a pescar es necesario. Criar privilegios injustificados a unos en detrimento de otros, es injusto y antisocial (antisocialista). Por otro lado, es muy interesante la correlación que existe entre los privilegios y la pobreza. Un humilde operario que tiene en casa una llave que sale agua es un privilegiado cuando comparado a un indio del Amazonas que tiene que buscar agua en el rio. Este tipo de privilegios, es un tipo inofensivo que no interesa a nadie eliminar y mucho menos al indio. El Profesor Guatemalteco y colega de Fidel Castro en la Universidad de la Habana, politólogo ARMANDO DE LA TORRE (uno de los pocos sabios que en el mundo han sido), dio una charla muy instructiva sobre la pobreza (y la riqueza) en América Latina. Según él, la pobreza no es un problema. Es el estado natural del hombre. Todos nacemos pobres, sin ropas, sin nada de bienes adquiridos. A partir de ese momento, comenzamos a enriquecer. Algunos más, otros menos. Algunos por cuenta propia otros con la ayuda familiar. La vida es desigual. Esto sucede tanto en el marxismo como en el capitalismo. Físicamente también somos diferentes. Las diferencias son pequeñas, pero son diferencias. Igual sucede en los países. Hay algo que hace los países más ricos y otros más pobres. Y no es su extensión territorial. Por ejemplo, Cuba, Argentina, Uruguay y Venezuela eran hace 50 años parte del grupo de países más ricos del mundo. Miles de emigrantes de Europa fluían para vivir en estos países para aprovechar su riqueza. Hoy son evitados como países “leprosos”, porque son países pobres y llenos de problemas. Volvieron al estado original y natural: la pobreza. Ya la riqueza es el estado no natural. Podemos decir con toda certeza que la pobreza no tiene causas. Muchos políticos populistas justifican su elección a cargos importantes, como siendo impulsados por la busca de la igualdad de todos. Pero la “igualdad” es un mito. Existen diversas visiones de mirar la igualdad. Los romanos decían que existía la igualdad de los hombres frente a la naturaleza – todos tenían que comer. Los religiosos dicen que existe igualdad frente a Dios. Los juristas dicen que existe igualdad frente a la Justicia. Todos somos iguales y debemos respetar las leyes. Pero existe una igualdad que empobrece, una igualdad que hace mal, si mal aplicada. Nos referimos a la “igualdad económica”. (No confundir con la igualdad de oportunidades). Los políticos que procuran aplicar esta igualdad en las sociedades solo han empobrecido a estas sociedades (ejemplo: Hugo Chaves en Venezuela, Pol Pot en Camboya, Fidel Castro en Cuba, Domingo Perón en Argentina, Pepe Mujica en Uruguay, Daniel Ortega en Nicaragua, Evo Morales en Bolivia, Salvador Allende en Chile). Como información pavorosa, podemos decir que el régimen comunista de Pol Pot en Camboya, tentando el igualitarismo, asesinó a 50% de la población del país. Los marxistas de todo el mundo se callaron como “monjas puras, inocentes e ignorantes”, por eso son tan culpados como los “animales” partidarios de Pol Pot, por callar y encubrir este genocidio de características hitlerianas-estalinistas. Los sociólogos y los politólogos concuerdan en una cosa: la igualdad perfecta existe en un solo lugar: el CEMENTERIO. Más que la igualdad “in-extremis”, el hombre necesita de su “libertad”. La falta de esta libertad coloca su vida en riesgo de perderla. Esto sucede en las dictaduras. La vida de las personas poco importa en las dictaduras, no solo en la dictadura de Pol Pot en Camboya, sino que en la de Hitler (12 millones de asesinados) y en la de Stalin (35 millones asesinados), todos en campos de concentración nazistas y comunistas. Veamos qué sucede si una ilegalidad o abuso es cometido por una autoridad del gobierno comunista de Cuba. ¿A quien reclamar? ¿Por qué medios? ¿A la Policía? (¿Del gobierno?). ¿Ir a la TV? (Todas las TV son del gobierno). ¿Qué periódico? (Todos son del gobierno). ¿Por la internet? (Controlada por los comunistas del gobierno). ¿Por el teléfono celular? (Hasta hace un par de años atrás era prohibido comprar teléfono celular en Cuba). Lo mejor es quedarse callado. Porque como decía el violador de Trabajadoras indefensas y poeta chileno laureado con el Nobel: “me gustas cuando callas porque estás como ausente”. Es lo mismo que ser un esclavo sin derechos. Mucho menos derecho de propiedad. El único derecho que los marxistas reconocen es el derecho de no tener nada y quedarse callado. Sacrificar su libertad para no sacrificar su vida ni la de su familia. Quien sacrifica su libertad, sacrifica su alma. Queda apenas la Educación. El conocimiento es una riqueza. Pero no espere que en el marxismo Ud. será recompensado por eso. Lo primero que enseñan, es que el Comunismo es el Paraíso y la Democracia es el Infierno. Dejando eso de lado e estudiando profesiones apolíticas (técnicas) se puede llevar una vida paupérrima de sobrevivencia, comiendo mal y andando mucho a pie. Siempre como un esclavo de boca cerrada, a menos que la abra para elogiar al dictador. Los marxistas que buscan siempre la igualdad a todo costo lo hacen siempre para “abajo”. No es como en la doctrina Socialista Democrática, en que es sacado un poco de los ricos para garantizar a los pobres lo mínimo necesario, sino que los marxistas eliminan a los ricos para dejar a todos nivelados en la pobreza (menos ellos que gobiernan y no son nivelados). Inicialmente, los pobres se quedan felices, pero no se engañen, no hay almuerzo gratis. Alguien paga. Tiene que pagar (con su libertad). En vez de hacer riquezas para repartir como manda la Filosofía Socialista Democrática, los marxistas prefieren igualar por debajo y gastar todo. Para hacer riqueza hay que dar condiciones: tranquilidad, estabilidad, libertad, seriedad, dar garantías verdaderas y honestas, respetar todo y todos. Pensar simultáneamente a “corto plazo” la solución de los problemas más apremiantes y a “largo plazo” la solución de los problemas más difíciles. Trabajar mucho (a propósito, los Trabajadores no le tenemos miedo al Trabajo, le tenemos miedo a la cesantía. Fidel Castro jamás trabajó un minuto siquiera para los otros ni que el trabajo fuera el más noble de los nobles. ¿De qué vivía? Respuesta: de la herencia de más de un millón de dólares que le dejó su padre (fueron 7 millones entre 7 hermanos). Con eso compró armas y se apropió de una isla particular completa). Durante los primeros años de la revolución, Fidel tenía ríos de dinero para gastar, pues Cuba era rica (el dinero era mal distribuido). Lo mismo sucedió con Perón en Argentina, Con Allende en Chile, con Hugo Chaves en Venezuela, con Pepe Mujica en Uruguay, Daniel Ortega con Nicaragua, etc. Lo único que le queda al marxismo es la educación y el Trabajo, ambos dos de dudosa reputación de calidad.
“Solamente el ejercicio pleno de la Democracia garantiza el total respeto por la dignidad humana”. (Traducción de “DEMOCRACIA E TOTALITARISMO – Reflexões”. Rio de Janeiro: Ed. Agel – Brasil, 1985. Por Sergio Raul Menares Becker).
NO HAY QUE OLVIDARSE QUE SER DEMÓCRATA ES SER ANTIMARXISTA (CONTRA LA DICTADURA).