Hemos terminado de leer la fantástica biografía de esa mujer maravillosa llamada Ruth Bader Ginsburg. Ella nació en New York (EEUU) en 1933 y falleció en 2020. Fue una excelente abogada que llegó a integrar la Corte Suprema de EEUU. Fue indicada por el Presidente Jimmy Carter por sugerencia de un representante republicano y aprobada por el Parlamento. Ruth no era una política en el sentido literal de la palabra, no solo porque no pertenecía a Partido político alguno, sino porque sus opiniones eran por todos aceptados. Opinaba que el comunismo representaba un peligro para su país. Su mayor destaque fue la defensa incansable de los derechos plenos de la mujer frente a los derechos del hombre. No mejores ni menores, apenas iguales. En su lucha, toda la vida, no precisó hacer locuras o cosas degeneradas, como las feminazis de Chile. Era clara y precisa en sus argumentos, logrando grandes conquistas sociales del punto de vista de la “igualdad de género”, por lo demás, fue ella quien popularizó la expresión “igualdad de género”, en lugar de la expresión “igualdad de sexos”. Decía que apenas 3 cosas le dificultaron la vida: 1) ser mujer; 2) ser judía; 3) y ser madre. Pero ninguna de ellas fue algo insuperable para alcanzar sus objetivos. Era hija de un inmigrante judío de Rusia y de una judía de ascendencia austríaca. Todas sus opiniones, sobre todos los asuntos, eran prácticamente una unanimidad. Todos estaban de acuerdo, excepto en el asunto “aborto”. Opinaba que el aborto era un asunto tan particular, tan íntimo de cada mujer, que solo a ella le podía ser dado el derecho de escoger hacerlo o no hacerlo. Opinaba que pensaba que no era correcto el Estado meterse en eso. Opinión compartida por la mayoría de los defensores del aborto. Los contrarios al aborto decían que la mujer estaba generando un ciudadano que, dentro de ella, se llamaba “feto”, pero que fuera se llamaría “ciudadano” y, por eso, nadie tenía el derecho quitarle la vida, ni su propia madre. Al contrario, el Estado tenía el deber de protegerlo. Opinaba que tanto los republicanos cuanto los Demócratas debían unirse en los asuntos de interés de EEUU.