EL ODIO

Séneca, pensador y filósofo Romano nacido en España, dice que el peor de los sentimientos del hombre, es el ODIO o la IRA. Este ODIO puede ser controlado, sin embargo cuando huye a nuestro control, se transforma en un caos impredecible y maligno. (Él mismo murió suicidado por órden del dictador Nero). El Odio es perfectamente normal, dice Séneca y ocurre porque las cosas no salen como las prevíamos. Diríamos – acrescentando – que no son como las queremos. Por eso, Séneca, dice que debemos ser “pesimistas”, porque si las cosas no salem como queremos, ja lo sabíamos y nada mudará. No quedaremos felices por eso pero tampoco nos quedaremos muy tristes. Por otro lado, si las cosas salen a nuestro favor (no como las esperábamos), nos quedaremos muy felices. Creemos que Séneca tiene razón en gran parte de su pensamiento filosófico del Odio, sin embargo cuando el Odio es controlado, alimenta el motor de los objetivos, principalmente cuando se manifiesta contra situaciones “malignas”, como es el caso de las dictaduras nazistas, marxistas, religiosas y otras similares. Hallamos absolutamente normal, sentir Odio contra los crimenes cometidos por la dictadura de los nazis contra el pueblo judio y otros. Hallamos normal , sentir Odio por las atrocidades cometidas por las dictaduras marxistas  en la antigua Unión Soviética, Camboya, Laos, China, Cuba, etc. Hallamos normal que los Palestinos sientan Odio por la ocupación de los Judios en los territorios ocupados después de la guerra de los 6 dias. Como es normal que los israelitas sientan Odio (como casi todo el mundo) por los atentados de los  terroristas árabes contra sus ciudadanos. Para reducir o eliminar el Odio, creemos que es preciso eliminar o reducir la causa que lo provoca, ya que el Odio es apenas una reacción.  Filosoficamente hablando , Odiar lo Perverso e simultaneamente Amar lo Bueno, es algo benéfico para todos.  Los Trabajadores no marxistas Socialistas Democráticos tenemos ODIO y ASCO de las dictaduras y amamos la Democracia, la Justicia Social y la Libertad.

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