Sophia Turkewiecz es el centro del documentario sobre su vida: ERA UNA VEZ MI MADRE, dirigido por su hija. Desde muy joven quedó huérfana y fui expulsada de casa a los 11 años en Polonia, por su madrastra. Vagó y anduvo por las calles de las ciudades de la Polonia Oriental hasta ser deportada por los rusos comunistas. Fue enviada en un vagón de animales junto con otros ciudadanos polacos para Siberia, donde fue esclavizada por los comunistas. En este caso, por los rusos comunistas. O por los rusos que obedecían ordenes de los comunistas. La explotación del hombre por el hombre, la igualdad entre los hombres, la justicia social, etc. eran solo frases estúpidas de propaganda que había que olvidar y no practicar. Eran frases solo para los idiotas creer. Después de mucho sufrir en las manos de los rusos, fue libertada e fijó residencia en Australia. Su sufrimiento en las manos de los comunistas rusos demuestra, una vez más, que el marxismo “intoxica” de maldad y crueldad las personas que antes eran normales. Los Trabajadores no marxistas Socialistas Democráticos sabemos perfectamente que el Imperialismo Marxista intenta, por todos los medios, enjaularnos en una dictadura comunista. Tenemos ÓDIO y ASCO de las dictaduras.