El siguiente relato verídico sucedió en un país de América del Sur años atrás. Cuando visité esta persona, que estimaba mucho por diversas razones, pero que en hipótesis alguna compartía sus posiciones ideológicas marxistas, él me confesó que se sentía muy angustiado por el hecho de tener una empleada doméstica en casa. Él pensaba en pedirle que viniera apenas un día por semana a hacer la limpieza de casa. Eso aliviaría su angustia. Yo en forma equivocada e inocente, pensé que se trataba de problemas financieros, lo que me parecía extraño porque su situación estaba por arriba del promedio nacional. Él me aclaró diciéndome que “a los comunistas les está prohibido tener empleados”. De cualquier tipo, particulares, domésticos, etc. Ya sean niñeras, cuidadores, aseadores, choferes, jardineros, etc. Está prohibido “explotar su semejante”. Me dijo: el comunismo no permite la explotación del hombre por el hombre. Por eso había decidido usar a la empleada una vez por semana (de la misma forma pensar que robar poco es un delito menor y robar mucho es un delito mayor). Yo mal podía creer en lo que escuchaba. Confieso que no sabía de esta IMBECILIDAD del comunismo. Me dijo que en Cuba esto es ley y por eso no hay empleados domésticos. Le pregunté: ¿Quién hace la cama de Fidel Castro? ¿¿Quién hace la limpieza de su pieza y de su bañero?? ¿Quién prepara su desayuno, su almuerzo y sus comidas? Con toda seguridad no era él mismo. Me dijo que en ese caso, el Estado le ponía a disposición dos empleadas para que lo atendieran en todo. (En verdad eran siete). ¡¡¡Ah!!! Entendí perfectamente… Para los líderes el Estado paga todo y para los demás (los trabajadores) NADA. Todo es prohibido. Es la famosa “Ley del embudo comunista”: la parte ancha para los comunistas y la parte estrecha para los demás. Llegué a la conclusión que los comunistas son todos unos CRETINOS y SINVERGUENZAS. Los trabajadores no marxistas SOCIALISTAS DEMOCRÁTICOS sabemos que el IMPERIALISMO MARXISTA pretende enjaularnos a todos en una dictadura comunista por toda la vida. Tenemos ÓDIO y ASCO de las dictaduras.