TOLERANCIA

Mucho se discute sobre la tolerancia de la Democracia. Algunos opinan que debe ser sin restricciones menores, permitiendo inclusive aquellos que son intolerantes, como los marxistas, los comunistas y fascistas en el devenir democrático del día a día. Desde que no haya pactos, acuerdos ni frentes de acuerdo con ellos. O sea, en el juego o actividad política de las Democracias, su participación debe ser cuidadosamente observada.  Otros afirman que eso es una estupidez de las Democracias, es como permitir inocularse con el SIDA para testar la fuerza del tratamiento reparador, y sin miedo del SIDA, porque el tratamiento lo anulará. Eso es pura imbecilidad. Estos afirman que prohibir al Partido Comunista de existir, como los comunistas nos prohíben en los países dominados por ellos en sus dictaduras, es algo justo y racional. Dicen que existe una ley universal, llamada Ley de la Reciprocidad, que lo justifica. El Socialismo Democrático es totalmente antimarxista y anticomunista; y en los países bálticos gobierna en coligación con los socialdemócratas, que, allá, también son antimarxistas y anticomunistas.  Hace 100 años que es así, y se alternan con partidos de derecha en el gobierno, sin problemas para la Democracia. Es la famosa “alternancia en el poder” entre adversarios.

¿Pero cuál es la posición del Socialismo Democrático en el contexto universal de gobiernos y economías?? Para facilitar el entendimiento de todos, diremos que existen solo tres posiciones políticas y económicas en el mundo de hoy: la primera es la posición de una economía liberal, con un Estado pequeño, pero muy efectivo, con empresas todas en manos del sector privado, con capital privado. Mal llamado de CAPITALISMO por los bolcheviques (marxistas, comunistas y lacayos). Es conocida por todos como la derecha (con diversos matices). En el otro extremo, están los bolcheviques (marxistas, comunistas y lacayos) que desean un Estado fuerte, todopoderoso, dueño de todos y de todas las empresas del país, gobernando con una DICTADORA OPRESIVA sobre todos los ciudadanos que no tienen derecho ni libertad ninguna de protestar. Finalmente está la tercera posición, que es la posición del Socialismo Democrático antimarxista y anticomunista. Y en esto que nadie se engañe, somos INTRANSIGENTES e INEGOCIABLES. El Socialismo Democrático asume la responsabilidad de defender la Democracia contra cualquier forma de opresión de una dictadura, negando la premisa errada que existen dictaduras buenas y dictaduras malas. El Socialismo Democrático combate al comunismo y toda dictadura que se oponga a la Democracia y al pluripartidismo respetuoso, así como defiende los pilares fundamentales del Socialismo: salud y educación pagas por el Estado, cuando públicas. Empresas públicas, privadas y mixtas en todo. Se propone combatir sin tregua la pobreza y la miseria, fuente de alimentación del comunismo y extremismos. Sin pobreza, no hay comunismo.

Que nadie se engañe o sea engañado: NO existe este tipo de Socialismo en América toda.

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